ENSAYO

10/16/2006

Sentimientos y Sociedad: Amor contra Moral

El ser humano se caracteriza por varios aspectos. Uno de ellos es que vive en sociedad, y la manera que tiene para funcionar en ella, es a través de reglas que sean del dominio de todos. Estas reglas son asimiladas como verdades casi absolutas en algunos casos, y se caracterizan por tener un fuerte contenido moral. Romper una regla moral, significa para el trasgresor, exponer sus propias debilidades y pecados al ojo crítico de sus pares, que sin piedad alguna, no tardarán en destrozar su reputación.

Otro aspecto del hombre, es la capacidad que tiene para sentir. Ya sea felicidad, tristeza, rabia, miedo, envidia, vergüenza, amor. Es una capacidad que lo hace único, y lo complementa, sobretodo el amor. Sin embargo, cuando en la búsqueda del amor, las reglas sociales se interponen ¿qué camino se debe seguir? ¿Es acaso la moral más importante que el amor? Y ¿qué estaría el hombre dispuesto a sacrificar por el?
Es exactamente de esto lo que nos habla León Tolstoi en su novela: “Ana Karenina”.Ana Arkadievna Karenina es una mujer de la clase alta rusa, que representa en sí misma el dilema entre el amor verdadero, y lo que se debe hacer –valores morales-. Ana está casada con Alexei Alexandrovich Karenin, matrimonio que en su momento representa el tope de la felicidad conyugal. Ambos tenían un hijo, una posición envidiable en sociedad, y una convivencia basada en la fidelidad de Ana y la confianza ciega de Alexei hacia ella, quien consideraba que los celos eran tanto una humillación para la mujer, como el hombre que los sentía. Pero en este cuado aparece el Conde Alexei Kirillovich Vronsky, quien conoce a Ana en la estación de trenes de Moscú, y se enamora perdidamente de ella, correspondiéndole Ana, sin tener plena conciencia de ello en un comienzo.
El personaje de Ana representa en sí la disputa entre el amor y la moral. Al ser una mujer casada, ni la sociedad ni la moral, ve con buenos ojos que su atención se vuelva en un hombre que no sea su marido, con el que tiene ciertas obligaciones, pero a la vez, los sentimientos de Ana, que cada vez demandaban más ser escuchados y seguidos, son un tormento mayor entre más los ignora.
Es aquí cuando Ana resume en una frase, el núcleo del pensamiento socio-moral “mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo” Esta cita de Ana es el perfecto reflejo de su situación sentimental interna. La felicidad se encuentra en lo que se tiene, aparenta y el estatus. Donde el “qué dirán” es imprescindible, la hipocresía se convierte en la máscara de las relaciones, escondiendo y hasta censurando, el amor verdadero, porque si la gente se casaba, era por conveniencia.

¿Son entonces los deberes sociales más importantes? Tolstoi no nos da ni un sí, ni un no, pero sí somete a Ana a todo tipo de remordimientos por la doble fachada que estaba jugando. Cuando ya no lo soporta más, le cuenta la verdad a Alexei, que le presenta claramente la imposibilidad del divorcio si quería seguir viendo a su hijo. Nuevamente, el amor, que en este caso es tanto maternal como pasional, contra la rectitud y las buenas costumbres. ¿Debe la mujer renunciar a sus sentimientos por sus deberes? Y aunque Vronsky sugiere que se fuguen, Ana no puede hacerlo, por su seguridad y la del nuevo hijo que esperaba de su amante.
En el parto, Ana, que corría riesgo de muerte, es perdonada por su marido y luego de tener satisfactoriamente a su hija, vuelve a la idea de escaparse con Vronsky, escapar de la ciudad –San Petersburgo- y vivir el amor verdadero, como ella lo llamaba.

Pero cuando Ana y Vronsky, se van, un nuevo y último conflicto entre amor y moral la envuelven. Ana desconfía de Vronsky, y pasa a ser dependiente de él. Cuando no está, cree que está con otra mujer, basándose en experiencias pasadas –su propia infidelidad y la seducción de Kitty Shcherbatsky-. Ana no puede estar tranquila, siendo asaltada constantemente por dudas, y finalmente presa de su depresión, se tira a las líneas del tren donde muere trágicamente, cumpliéndose el dicho popular de la clase rusa “las mujeres con sombra nunca terminan bien”.

Con la muerte de Ana, Tolstoi nos deja en claro que la disputa entre la moral y los sentimientos, termina siendo ganada por la moral, que en ningún momento de su vida dejó tranquila a Ana por su decisión. La sociedad rusa del siglo XIX estaba tan claramente definida y regida por sus reglas, que en ella no había espacio para la lucha por el amor verdadero si este se entrometía en el correcto orden de las cosas. Con esto no quiero decir que para Tolstoi no existe, pues el matrimonio entre Kitty y Levin, es exitoso, y contrarresta los efectos de la relación de Ana y Vronsky, demostrando que la nobleza de los sentimientos de Levin, y el mantenerse alejado de la ciudad, es la solución para una vida feliz.

Tolstoi considera que “el verdadero amor supone siempre la renuncia a la propia comodidad personal”.
Ana pierde su imagen pública y familia. Vronsky es desheredado por su madre que desaprobaba su comportamiento. Kitty, debe dejar el ambiente en el que creció, y Levin sobreponerse a la vergüenza y humillación del rechazo, con lo que finalmente logra el verdadero amor.

En conclusión, la disputa entre el amor y la moral, se resuelve sólo en el caso de que se proceda con rectitud, ya que de otra forma, los sacrificios que se estén dispuestos a hacer, pueden repercutir negativamente en las personas, al igual que la conciencia del mal actuar, motivos que llevaron a Ana Karenina, a la muerte.
Trinidad Casal

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