ENSAYO

11/22/2006

La peor pesadilla

Un día una mujer llamada Florencia iba camino a su casa, después del trabajo. Eran las siete de la tarde y estaba empezando a oscurecerse, como en cualquier típico día de invierno. Con mucho miedo y frío como de costumbre, caminaba esta bella mujer por un largo y angosto camino de tierra.

Al rato después de empezar mi caminata por este camino, empiezo a sentir que alguien me seguía, miré para atrás y me di cuenta que había un hombre de más o menos treinta años con un aspecto físico muy decente y al ver esto me relajo y sigo caminando, pero empiezo a darme cuenta que definitivamente este hombre me estaba siguiendo a mí, porque no había nadie más y él comenzaba a caminar cada vez más rápido. Sin pensarlo dos veces opté por salir corriendo y para mi mala suerte, me tropecé con una piedra que no había visto. El hombre no se descuidó de esto y me atrapa, me tapa la boca y me dice: “quédate callada y haz como si me conocieras”. Otro hombre que salió de una parcela en ese minuto, se percata de esto y decide investigar qué estaba pasando y nos empieza a seguir.

El hombre que me tenía amenazada, me lleva a un lugar muy oscuro, que parecía ser una casa abandonada en la mitad de la nada. Me tira al suelo bruscamente, por lo que yo trato rápidamente de pararme, pero no pude. De forma muy agresiva, saca un cuchillo de una caja y me lo entierra en el brazo. Mientras sangraba, me empieza a tocar lentamente y todo esto termina en una violación. Luego de esto me deja tirada y abandonada y yo sin saber donde estaba empiezo a llorar y a gritar desconsoladamente.

Minutos más tarde, aparece el hombre que se había percatado de la situación y un poco después de este hecho, llega la policía.

Al ver a esa mujer agarrada de un hombre, con cara y voz de desesperación me di cuenta que no lo estaba pasando bien, y que no estaba caminando por voluntad propia, sino que él la estaba obligando. Decidí seguirla, porque sabía que mi misión era salvarla de tal malvado hombre. Llegó a un lugar oscuro y muy sucio. Veo que el hombre le pega a la mujer y la tira al suelo, luego veo que ella estaba sangrando y percibo que aquel hombre la había violado. Sin saber que hacer, llamé a la policía, porque me di cuenta que la situación se me escapaba de las manos.

Tras la salida del hombre, me acerco a la mujer y me doy cuenta que está llorando muy desesperada. Luego de quince minutos de larga espera, llega la policía al lugar. Hablan largo rato con la mujer para que ella pudiera calmarse y explicar con detalles todo lo que había sucedido.

Tras todas las descripciones dadas por aquella mujer, la policía no logra encontrar al hombre. Yo sabía que no podía quedarme sin hacer nada, por lo que decidí ir a buscar a este hombre y así poder enfrentarlo.

Unos pasos más lejos de la casa abandonada, me encuentro con un auto que no había visto nunca antes. Me acerco, y me doy cuenta que el hombre estaba dentro de él. Abro la puerta, lo bajo y sin darle más vueltas al asunto, le disparé.

Fue un alivio para mí, saber que un hombre que yo no conocía fue capaz de percibir todo lo que estaba sucediendo y salir en mi rescate. Y sobretodo, que haya tenido la valentía de enfrentarse al hombre que abusó de mí y que lo haya matado.

Catalina Lagos

IIIºC

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