La virtud del pecado

El pecado actual es todo acto voluntario de pensamiento, palabra, obra u omisión contrario a la recta razón.
Es por esto que decimos que un pecado capital es “un vicio capital, aquel que tiene un fin excesivamente deseable de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal”.
Para que haya pecado debemos suponer que hay un dios el cual nos da una ley que podemos infringir. Esa ley divina parece ser imposible de acatar cuando no estamos bajo el escrutinio de la gente que nos importa y hacemos un esfuerzo conciente para vivir dentro de esa ley cuando nos conviene. Pareciera que estos pecados son más bien nuestras virtudes.
Dentro de los pecados, existen o surgen argumentos como “la búsqueda de la verdad” dentro de una sociedad rodeada de vicios. La sociedad vive gracias a estos vicios que se convierten en virtudes y/o beneficios públicos. Permiten que la industria se mantenga. Es una sociedad pensada para dar gustos a quienes tienen deseos.
Estos deseos, fueran anulados, podrían traer consecuencias con industrias, etc. e incluso cambiar una sociedad formada así hace años.
Para que existan los pecados, deben existir también las virtudes, pero ¿cuál surge primero? Muchos dirían que de los pecados surgen las virtudes como el lado positivo, pero si pensamos que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, esto quiere decir que Dios nos creó con las virtudes, y que por actos del ser humano, hemos llegado q encontrar y cometer pecados. Dentro de estos se distinguen los siete pecados capitales: la soberbia, el principal de los pecados capitales. Es la cabeza de “todos” los restantes pecados. Recordamos que por esta falta, según la teología cristiana, el hombre fue expulsado del jardín del paraíso. Luego la avaricia, “amor desordenado de las riquezas”, el crimen de la avaricia no lo constituyen las riquezas o su posesión, sino el apego inmoderado a ellas; “esa pasión ardiente de adquirir o conservar lo que se posee. La lujuria, el apetito desordenado de los placeres eróticos, la lujuria sería siempre un “pecado mortal” pues involucra directamente la utilización del otro, del prójimo, como un medio y un objeto para la satisfacción de los placeres sexuales. La ira, apetito desordenado de venganza siendo contrario a la razón. La gula, uso inmoderado de los alimentos necesarios para la vida, la gula es la manifestación física de un apetito más profundo y significativo. El que cae en las tentaciones de la gula, no sólo quiere consumir comida, quiere asimilar hacer suyo todo lo exterior. La envidia, desagrado o tristeza, que se concibe en el ánimo, del bien ajeno, en cuanto este bien se mira como perjudicial a nuestros intereses. La envidia es falta gravísima, cuando nos incomoda y angustia a tal grado el bien o los bienes materiales del otro, que deseamos verlo privado de aquellos bienes que legítimamente a conseguido y al que, nosotros, por nuestra impotencia, no hemos logrado conseguir. Y finalmente la pereza, que es la incapacidad de aceptar y hacerse cargo de la existencia en cuanto tal, el ocio, más bien se refiere al “aburrimiento” que sentimos frente a la existencia toda, frente al hecho de existir y de todo lo que esto implica. La vida nos exige trabajo, esfuerzo para actuar según lo que se debe, esfuerzo que no es ni gratuito ni fácil.
Junto a todos estos pecados nos podemos dar cuenta que todos son de alguna manera, contrarios a lo que Dios nos enseñó, a cómo nos creo Dios, pero ¿porqué son éstos los pecados capitales?
Según Fernando Savater, los pecados tradicionales están presentes en nuestra vida diaria, algunos devaluados y otros con ciertas transformaciones. Pero cuando los relacionamos con los tiempos que vivimos, nos encontramos con infinidad de caminos que llevan a otras tantas preguntas que hoy se hace el hombre, y que tienen que ver con el sentido mismo de la vida y la trascendencia. Se mezclan en los pecados cuestiones religiosas, históricas, económicas, sociales, artísticas.Además de analizar con detenimiento los pecados y sus implicancias actuales, Los siete pecados capitales me permitieron intercambiar ideas con religiosos, escritores, actores, filósofos y personalidades que tienen inquietudes sobre la actualidad y el devenir de los seres humanos. También pude, casi como en broma, conversar amablemente con el propio Satanás. Defendió a cada uno de los pecados e intentó convencerme de sus beneficios para la humanidad, y para mí en particular.
En conclusión podemos decir que a pesar de que el pecado son aquellos actos o pensamientos del ser humano que reflejan algo negativo, deben haber surgido a través de las virtudes, es por esto que llamamos la virtud del pecado, ya que dentro de éstos mismos existe una virtud, con la cual fuimos creados por Dios, a su imagen y semejanza. A pesar de cargar todos con el pecado original, tenemos nuestras virtudes de las cuales aprendemos y por las cuales generamos esta sociedad. Todo acto de amor y de fe por el cual se vuelve a Dios no es un acto aislado sino que tiene raíces en respuestas anteriores a las gracias.
Isidora Puelma O.
3 Comments:
At lunes, agosto 21, 2006,
LenCom said…
encontre muy bueno el ensayo y me gusto mucho la idea ademas esta bien redactado.
la forma de expresar las ideas me gusto mucho y como estructura de ensayo esta muy bien hecho se bve un preocupacion por parte de la isi se ve que hay una investigacion profunda acerca del tema por eso le pongo un 7
At domingo, agosto 27, 2006,
Anónimo said…
El comentario anterior es de tu compañera.
Creo que el ensayo tiene varias ideas interesantes y fuiste capaz de integrar el texto de Savater, el juego de palabras del título te permite profundizar mucho más, quizás debiste plantear algunos ejemplos.
NOTA 6,5
At domingo, agosto 27, 2006,
Anónimo said…
Otro comentario
Ten cuidado con la ortografía
"...bienes que legítimamente a conseguido y al que, nosotros, por nuestra
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