ENSAYO

11/26/2006

José y Yo

Hacía frío. Estaba oscuro, tiritaba. Ya no sé si de frío o miedo, ese inmenso miedo que provoca la soledad en un lugar como este.
Seguí caminando, miraba para todos lados. Lo único que quería era llegar a mi casa, pero apareció él. Me tomó la cintura con una mano y con la otra tapó mi boca para evitar mis gritos de desesperación y sufrimiento.
Me dijo que me quedara tranquila y con sus brazos hacía la fuerza suficiente para que yo no pudiera escapar.
Ahora sabía con certeza que tiritaba de miedo. Pensaba en las mil y una cosas que aquel hombre podía hacerme, pero el seguía ahí, diciéndome "tranquila, nada te va a pasa".
Me llevó a un lugar más oscuro y el miedo que sentía aumentaba y ya no sabía qué hacer. No podía gritar ni arrancar. En esos minuto sentí e imaginé las peores cosas posibles.
Llegamos a un callejón, subimos una escalera y abrió una puerta blanca que estaba al final.
Entramos por la puerta y estábamos en un departamento muy moderno e iluminado.Por fin pude ver la cara de aquel hombre.
Me dijo su nombre. Se llamaba José, y a la vez, preguntó por el mío. Le pregunté qué quería de mí, qué haría conmigo. No respondió.
No entiendo qué pasó conmigo, pero poco a poco empecé a tranquilizarme y los malos pensamientos comenzaron a irse.
Se sentó, me senté. Me miró con esos ojos extraviados y comenzó a reírse. Le pregunté por qué hacía todo esto. Denuevo obtuve el silencio como respuesta.
Dejó de reírse y me contó una historia, al parecer de su infancia. Fue en ese momento de confusión que comprendí el vacío y la pena de sus ojos, pero seguía sin entender qué hacia yo, en ese lugar, con el.
Abrió una puerta, entró en la pieza y la cerró. Quise escapar, pero fue imposible ya que la puerta estaba cerrada con llave.
Inesperadamente, comenzó a gritar desde la pieza. "Libertad, sólo quiero libertad! "luego salió de la habitación. Se notaba en esos ojos llenos de vacío y pobres de luz que había estado llorando desconsoladamente.
Me preguntó cómo encontrar la libertad, pero no respondí.
Sacó una pistola de su bolsillo. Se la puso en la cien y luego volvió a preguntar cómo encontrar la libertad. Sin nada que hacer, volví a quedarme en silencio.
Me di vuelta, no quería ver lo que ese hombre haría con su vida. Luego de unos minutos escuché un disparo. Tardé alrededor de media hora en darme vuelta, pues no quería verlo muerto. Desgraciadamente tenia que hacerlo si quería salir de ahí.
Entré en su pieza y en las paredes estaba escrito "libertad". Encontré un cuaderno en el cual había escrito episodios de su vida. Después de leerlo entendí muchas cosas.
José estaba enfermo de SIDA, había estado en la cárcel 5 veces por homicidios y además por violaciones. La última vez que había estado en la cárcel lo internaron en una clínica siquiátrica de la cual había escapado hace 2 meses.
Respecto a su familia, su madre era prostituta y su padre traficante. Por lo que escribió en su cuaderno supe que su infancia fue muy terrible, por lo cual se fue de la casa a los 10 años y desde ahí vivió en la calle. Luego de una vida sin rumbo ni bases en las cual apoyarse, se involucró en el negocio de las drogas. Logró obtener un poco de dinero, el cual ahorró, y este departamento.
Nunca fue libre, es por eso que anhelaba tanto su libertad. Ahora logro entenderlo, pero no sé por qué me eligió a mi para ver su muerte.
Salí del departamento, me fui a mi casa y llamé a la Policía para informarles lo que había ocurrido.
Me quedé dormida después de mucho llorar.
La vida y muerte de José siempre quedarán como mal recuerdo en mi memoria.
Ha pasado un año desde aquel día, pero aun no puedo librarme de aquellas imágenes y sueño todos los días con José, con aquel hombre que, sin pensarlo, se llevaría mi libertad.
::Trini R-T::

P.&.T

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